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Feliz día o noche, eres afortunado por vivir y respirar. Cuidemos nuestra madre tierra que tanta vida nos ha dado.

jueves, 27 de mayo de 2010

Desde donde estén nuestros cuerpos....

Seguía despacio, pero apurando el paso entre una distancia corta que separaba nuestros cuerpos en una misma noche, en un sólo lugar. Podíamos mirarnos entre la oscuridad, la misma que a gritos nos pedía tocarnos cuando nos encontramos aquella noche de abril.

Despierto, dormida, aún no se la circunstancia pero tus huellas y las mías finalmente tropezaron, se mancharon y conformaron una misma esencia entre lo correcto e incorrecto. Sería una tontería recordar que soy impuntual, ya no te importa.

Con un tapabocas improvisado con tus suaves manos, no tengo la necesidad de cerrar los ojos para ver las estrellas que nunca imaginé ver contigo, y todavía mi mente recuerda nuestra primera conversación bajo una luna ferozmente ocupada y una distancia inimaginada.

Dime si ella tuvo la sensibilidad de elevarte hacia el extremo de la locura, con tan sólo una caricia, con apenas un roce de piel y de sensaciones mutuas. No lo creo, por lo tanto sigues estando ahí como el primer día, como la primera noche.

Siempre ha sido desigual en anteriores ocasiones, como si un bálsamo de ilusiones renovadas hubiese caído sobre mi cabeza, pero ahora que estás aquí, repensando tu silencio entre mis palabras, recordando tu presencia tras mi despedida, se que realmente no estoy tan sola.

Tu cobardía no me huye, se afinca sobre mis hombros como un peso cotidiano transformado en amor aunque tenga el disfraz de la libertad soñada. De todas formas, en tu interior sabes que eso es un teatro que alguna vez tendrá cerrada su escena principal y así los actores bailarán sin miedo de ser juzgados por la gente, el público, las almas errantes que siempre buscan una excusa para crear desdichas ajenas.

Pero, los días que siguen sin ti, diluyendo entre pasos mojados las diferencias puntuales que separan nuestras opiniones, pero que unen de forma intrínseca nuestras ganas de amar. No se le puede llamar de otra manera, sino amor. Aún así, ten presente que seguiremos igual, siendo felices de vez en cuando pero amándonos todos los días desde donde estén nuestros cuerpos.

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